La clave para educar a los niños reside en la simplicidad

 Educar a los niños es algo que ha cambiado mucho con el paso de los años. Ahora, tienen muchas más posibilidades de elección y muchos más recursos que les permiten ampliar sus perspectivas de cara a un futuro bastante prometedor.

Pero, ¿es beneficioso atiborrar a los más pequeños de tantas opciones?

Problemas que nacen en la infancia
Con tantos excesos, los niños han empezado a desarrollar algunos problemas que, hasta ahora, tan solo afectaban a los adultos.

El estrés, las depresiones, las dificultades para concentrarse, son tan solo algunos de los obstáculos que están cobrando importancia entre los más pequeños.

¿Es culpa de los niños? ¿No sabemos educarlos de la forma correcta? La verdad es que la cuestión no radica en cómo formar a nuestros hijos, sino en cómo darles todo lo que tienen a su alcance de forma paulatina.

Seguramente, has escuchado alguna vez a algún niño pequeño diciendo que no tiene tiempo, que asiste a más de 3 actividades extraescolares y muchas más cosas que no hacen más que “limitar”, de alguna manera, la infancia.

La infancia es una época para ser vivida y para ser disfrutada, al igual que muchas otras. Además, la infancia es muy importante porque es cuando se sucede la mayor parte del desarrollo psicológico de los niños.

Si se saturan y empiezan a desarrollar cuadros de estrés y depresión, tal vez puedan tener trastornos psicológicos o de la conducta en un futuro no muy lejano.

Cuando “mucho” se convierte en “demasiado”
Los niños de hoy en día se encuentran “a salvo”. No tienen mayores complicaciones que las de aguantar algunas discusiones de sus padres, ir al colegio y lidiar con la multitud de actividades complementarias a las que están apuntados.

Pero, ¿qué ocurre entonces? Si están tan seguros y viven “bien”, ¿por qué surgen tantos problemas al respecto? Lo cierto es que los niños han aprendido a ser cautelosos; muchos incluso han perdido esa curiosidad innata que nunca nadie debería perder.

El gran problema es que se encuentran expuestos a grandes flujos de información que les cuesta mucho procesar. Incluso a nosotros mismos nos cuesta. Es por esto por lo que la exposición a tantos estímulos les provoca un gran estrés que no son capaces de tolerar.

Todo esto provoca que los niños crezcan deprisa y que pasen por sus diferentes etapas sin disfrutarlas. No viven la infancia como debieran, y esto puede causarles graves problemas difíciles de solventar el día de mañana.

Los pilares del exceso
A modo de resumen, podemos describir el exceso basado en tan solo 4 pilares fundamentales que son los que provocan todos estos problemas en el momento de educar a los niños:
  • Demasiadas cosas: Nuestros abuelos apenas poseían más que un par de prendas y, con suerte, algún juguete. Ahora, en cambio, lo tenemos todo, algo que nos permite no darles el valor que les corresponde.
  • Demasiada información: El hecho de encontrarnos en más de una actividad extraescolar ocupa un tiempo muy importante.
  • Hay que centrarse en los deberes de la educación obligatoria y luego, también, rendir en las demás clases complementarias. La información satura a los niños y no son capaces de procesarla de la forma correcta.
  • Demasiadas opciones: Existen tantas posibilidades que la inseguridad y el estrés empieza a aflorar en los más pequeños. ¿Qué escoger? ¿Hacia dónde dirigirme? Estas son preguntas que les abordarán no solo en la infancia, sino a lo largo de su vida.
  • Demasiada velocidad: El tiempo pasa muy rápido y por eso hay que aprovecharlo, pero los niños apenas son conscientes de ello. Esto es muy positivo, ya que pueden disfrutar más.
El gran problema es que no se lo permitimos, provocando que no puedan disfrutar en el momento que más deben.
Educar a los niños es algo de lo que los padres deben ser los grandes responsables, pero antes que ver por las opciones, que saturar a los más pequeños y sumergirlos en el estrés que los más mayores padecen, es importante que les permitamos vivir.

La infancia es algo que solo se vive una vez. Una época para disfrutar, para entablar amistades, para formarse, pero de una forma mucho menos agresiva que en épocas futuras.

Si ya desde pequeños sufrimos de estrés, ansiedad y depresiones, ¿qué ocurrirá cuándo seamos mayores?


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