Las relaciones interpersonales pueden ser muy
paradójicas, más aún las relaciones amorosas, donde dos personas con diferentes
orígenes, creencias, crianzas, hacen un pacto para compartir vidas, para
aprender y crecer juntos.
Las relaciones podrán durar el tiempo que cada una de
ellas elija, siendo la separación para algunas, el fin y para otras el inicio
de un nuevo reconocimiento, como pareja, como personas que se aman y muchas
veces es solo luego de un proceso de separación cuando pueden aprender a
valorarse, a entenderse e inclusive a darse cuenta de lo mucho que se aman.
La distancia es un detonante de muchas reacciones,
ciertamente la distancia es un escenario perfecto para la idealización, para
crear en nuestra mente la imagen que queramos, aunque esto no tenga mucho que
ver con la realidad, podemos olvidar lo negativo y resaltar, e inclusive
exagerar lo positivo, llegando a desmeritar los motivos que generaron la
separación.
Sin embargo, la distancia es también una buena
oportunidad para hacer una evaluación consciente de lo ocurrido, reconocer
responsabilidades, justificar acciones, reconocer el espacio que el otro
ocupaba en nuestras vidas, apreciando y agradeciendo cada una de las cosas que
aportaba. Se puede en la distancia, sin los factores propios de la
cotidianidad, los sentimientos de fondo y las intenciones reales de un proyecto
que pudo haberse visto empañado por la rutina, los detalles diarios, los malos
hábitos de convivencia.
Una separación puede ser para algunas parejas, lo mejor
que les puede ocurrir para consolidarse, para valorarse, para entenderse, para
comprometerse a apostar por una segunda oportunidad con la consciencia plena de
cómo se siente perder lo que se ama y que se prefiere cerca. Los cambios son
posibles, es factible llegar a acuerdos y buscar soluciones a lo que aconteció
que favoreció a la separación, siempre y cuando las dos personas estén
dispuestas a remar en la misma dirección.
Ciertamente hay parejas que cuando se separan no están
dispuestos a darse una segunda oportunidad, inclusive luego de haberle dado más
valor al otro luego de la separación. Sin embargo, muchas de las que resuelven
intentarlo nuevamente, logran un nivel de engranaje, de madurez y de cuidado
del amor y de la relación que por lo general tiene muy buenos resultados.
No es necesario que nos separemos para aprender a valorar
la relación o a quien tenemos a nuestro lado, siempre será preferible cuidar el
amor cuando se tiene, sin generar heridas, sin abrirle paso a la posibilidad de
ruptura. Pero si llegase a ocurrir, puede ser una muy buena oportunidad para
ver las cosas a través de otra perspectiva y si ambos están de acuerdo retomar
el camino juntos.
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