La mayoría de la gente considera a las personas altamente
inteligentes como súper seres humanos que lo tienen todo resuelto simplemente
porque sus cerebros pueden ayudarlos en cualquier situación de la vida y no
tienen que luchar con los problemas de la gente común. Sin embargo, la realidad
es muy diferente, ya que no importa lo inteligente que alguien pueda ser, son,
al final del día, simplemente humanos.
IMAGEN: TOPYAPS |
La pequeña charla te agota
Puede ser un gran desafío para ti estar involucrado en una
pequeña charla sobre cosas comunes. Esto se debe a que tu cerebro está abrumado
con grandes ideas. Los temas que más te interesan son la ciencia, el arte, la
filosofía, y los que rara vez se encuentran en la charla. Esto hace que te
sientas como si estuvieras perdiendo tu tiempo atrapado en una sofocante,
interminable lista de frases conjunto socialmente aceptable. Todo lo que
realmente quieres es a alguien con quien intercambiar ideas y poder entablar
una conversación “decente”.
Piensas más de lo que hablas
A medida que tu cerebro está conectado para buscar todas
las posibles soluciones y respuestas a un problema, puede tomarte más tiempo
que a una persona de inteligencia promedio dar tu opinión o sacar una
conclusión. Además, si no estás completamente seguro de que tienes la respuesta
correcta o una idea brillante, no hablarás en absoluto. Tu lucha radica en el
hecho de que la mayoría de las personas a tu alrededor no están familiarizados
con la forma en que funciona tu proceso de pensamiento y se confunden o lo
consideran extraño, introvertido o desinteresado.
Tu trabajo puede aburrirte fácilmente
La necesidad de que tu cerebro sea constantemente desafiado
con nuevas, mejores ideas y proyectos puede convertir tu trabajo una vez
emocionante en ordinario y aburrido al agotar todas las formas de ser creativo
con él. Esto puede convertirse en una lucha del día a día para terminar tus
tareas. Además, en la mayoría de los casos, tu jefe no es tan comprensivo con tus
anhelos y sólo quiere que el trabajo hecho.
A veces tienes parálisis de la acción
Es difícil ser un pensador en un mundo lleno de personas que
aprecian la acción más que las grandes ideas. Como estás demasiado consumido
con diferentes ideas, a veces puede faltar el impulso de acción. Por desgracia,
la gente tiende a confundir este rasgo como la pereza que te deja sentir
subestimado.
Se te considera socialmente incómodo
Como si eso no fuera suficiente, el siguiente problema
viene como resultado de todos los anteriores. Si te sientes incómodo durante
una charla, si no hablas si no estás seguro, si no te inspiras en ideas viejas
y agotadas, o si te sientes más cómodo con las ideas que con la ejecución, la
gente tiende a caracterizarte como socialmente incómodo. Poco saben ellos, esto
sólo pone más presión sobre ti haciendo que te sientas más consciente de tu
conducta social.
Es difícil para ti enamorarte
Por último, tu búsqueda de amor es un poco más exigente que
la de la gente promedio. Puesto que tu eres mucho más cauteloso, analítico e
independiente que el resto, tiendes a confundirte con el trato amistoso y frío.
Además, puede faltar espontaneidad a veces, lo que hace que tu interés amoroso
se pierda.
Por más difícil que parezca tu lucha diaria, no necesitas
dejar que esto te inmovilice para crecer. Puedes trabajar en expresarte mejor ante
los demás para que puedan obtener una mejor comprensión de tus necesidades. Encontrarás
un terreno común.
Comentarios
Publicar un comentario