Cuando encuentres algo que te haga feliz, no te preocupes por lo que diga la gente

A menudo, como si ya no tuviésemos suficientes limitaciones, solemos dar prioridad a la opinión de los demás en nuestras vidas, al momento de actuar y de tomar decisiones, poniéndola inclusive por encima de lo que nosotros pensamos y deseamos.
La realidad es que siempre habrá quien opine bien y quien opine mal de lo que hagamos con nuestras vidas, pero lo cierto es que quien nos quiere bonito siempre buscará la forma de resultar un apoyo para nosotros, inclusive si piensa que no estamos haciendo lo que de acuerdo a su criterio es lo más conveniente. Estas personas justificarán nuestras acciones cuando nos equivocamos, tratarán de que entendamos sus puntos de vista, pero evitarán los juicios y las críticas a toda costa.

Mientras que por otro lado estarán quienes opinarán de manera negativa de lo que hacemos, aun cuando esto resulte ante todos los ojos como positivo, siempre verán el punto negro en la hoja blanca al momento de emitir sus juicios que no resultarán beneficiosos para nadie.


¡¿Pero qué más da?! Sabemos que nadie vivirá nuestra vida por nosotros, nadie podrá reír, ni llorar por nosotros, nadie puede aprender, sufrir o crecer por alguien más. Así que sabiendo que resulta un tanto complicado encontrar algo que nos alinee con la energía vital, que nos conecte a nosotros mismos y nos enmarque en nuestro propósito, que aunque no lo veamos, no es otro que ser felices, al hacerlo debemos tratar de mantenerlo, de fomentarlo, de hacerlo parte de nosotros, especialmente debemos tratar de vivirlo.

Evidentemente hay que cuidar algunos aspectos, sin que se trate de validar la opinión de otros, si lo que consideramos que nos hace felices, perjudica de alguna manera a alguien más, debemos revisar cada detalle, porque nuestra felicidad no debe costar la felicidad de alguien más. No podemos afectar negativamente a alguien y estar tranquilos con ello.

En la vida debemos trabajar por la armonía y ello se consigue procurando lo mejor para la mayoría de los involucrados y nunca actuar como si somos el centro del mundo, ciertamente la opinión de otros no debe ser un factor limitante, pero sí lo serán los posibles resultados de nuestras acciones de acuerdo a la moralidad y el sentido común.

La ventaja de todo esto y lo que nos ayuda a diferenciar un escenario de otro, es que nuestro corazón siempre nos guiará al mejor lugar sin que ello implique perjudicar a alguien más, si lo escuchamos se nos hará sencillo tomar las decisiones que nos acerquen a nuestra felicidad, sin importarnos el qué dirán, pero siempre con la consciencia tranquila porque no estamos generando en otro mal alguno, salvo quizás una posible decepción por desviarnos de sus expectativas.

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