La violencia de género es un
problema de todos, no solo de las víctimas. Entre muchas razones porque la
sociedad tradicional nos enseña a menospreciar y a someter lo femenino, a
juzgar a las mujeres por su aspecto y a no tener piedad a la hora de cuestionar
si una mujer tiene mucho sexo o más bien poco…
Porque decimos aquello de
que “quienes de pequeños se pelean, de mayores se desean”, porque cuando nos
han educado nos han dicho eso de que “si te pega es porque le gustas” y
nosotros hemos tomado un mal ejemplo para educar a nuestros niños.
Porque quizás aquello de que
“los niños son crueles” en verdad tiene mucho más que ver con la crueldad
consciente e inconsciente de la sociedad del mundo adulto. Y es que todos
podemos comprender sin esfuerzo lo que quieren decir expresiones como “corre
como una chica”, “se pelea como una chica”, “se ríe como una chica” y todas sus
vertientes.
Como si “ser chicas” nos
situase fuera del espectro de la fortaleza, nos hiciese débiles, incapaces y torpes.
Pero lo peor de todo es que convivimos, comprendemos y, en el peor de los
casos, toleramos ese tipo de “creencias” con total naturalidad.
Aunque esto solo es la punta
del iceberg, constituye la causa y consecuencia de que cada 25 de Noviembre
tenga que ser dedicado de manera simbólica a pelear contra la lacra social que
constituye la violencia de género.
Cuando miras a una persona
que ha sido maltratada, ya no se puede parar de ver
Al año mueren miles de
mujeres a manos de personas que las asesinan y las maltratan solo por el hecho
de ser mujeres. Tristemente y dicho de manera simple, esta es la horrorosa
realidad.
Y es que existen millones de
personas violentas que son producto de un sistema histórico sometimiento y
opresión hacia las mujeres, que justifica que se nos explote, que se nos
cosifique, que se nos reduzca, se nos domine y se nos asesine.
¿Por qué? Porque vivimos en
una sociedad enferma que tolera la visión de la mujer como un ser inferior y
que crea seres que consideran que pueden apropiarse y manejar el cuerpo y los
sentimientos de una mujer a su merced.
Otra manera de educar SÍ es
posible
Para decir “Ni una menos”,
tenemos que comenzar por educar y concienciar a nuestros niños y jóvenes de una
manera igualitaria. Tenemos que apostar por dejar de lado los “ideales” de
princesa indefensa y de machito violento, pues son el germen de maltrato hacia
la mujer.
Porque el asesinato, la
parte más visible de la violencia de género, es el último peldaño de un
escalafón que comienza con una educación deficitaria, que alimenta las
dependencias y las necesidades, que genera un maltrato y que acaba matando
física y psicológicamente.
En este sentido, por
ejemplo, hay un alto porcentaje de la población mundial que no comprende el
maltrato psicológico como violencia de género o que no entiende que el hecho de
“someter” sea agredir a la persona involucrada.
Así que nuestra sociedad
está necesitada de la puesta en marcha de uuna gran labor educativa, pues solo
la pedagogía puede salvarnos de la violencia. Por eso, hoy queremos recordar
que…
-El aislamiento social y
afectivo… SÍ ES MALTRATO.
-El chantaje emocional… SÍ
ES MALTRATO.
-Los insultos cubiertos y
encubiertos… SÍ ES MALTRATO.
-El control del móvil, de
las cuentas personales y de las redes sociales… SÍ ES MALTRATO.
-Las amenazas y los
menosprecios… SÍ ES MALTRATO.
-El control del vestuario…SÍ
ES MALTRATO.
-La indiferencia
emocional…SÍ ES MALTRATO.
-La agresión verbal, los
comportamientos dominantes (amenazar con terminar la relación) y los celos… SÍ
ES MALTRATO.
-La discriminación social,
laboral o económica… SÍ ES MALTRATO.
Así, si comenzamos desde la
base, obtendremos un castillo bien formado a partir del que alimentar una
sociedad en gran parte sana y limpia de maltrato, violencia y prejuicio.
La violencia de género no
tiene edad
Es especialmente importante
“reeducar desde abajo” dado el
“rejuvenecimiento del maltrato” que se manifiesta en la actualidad. El
sometimiento en nombre del amor está plenamente normalizado en gran parte de
nuestros jóvenes y adolescentes.
"Esto es extremadamente
preocupante teniendo en cuenta que es en esta etapa en la que se comienza a dar
forma a las creencias y aprendizajes sobre el amor y la relación de pareja."
Es aquí cuando el amor más
se idealiza y sucumbe al patrón de delicadas princesas necesitadas de un
príncipe que las proteja y les ayude a caminar por la vida con la fuerza, la
determinación, el arrojo y la dominancia que deben caracterizar a un gran
hombre.
Es en estos períodos en los
que se banalizan y normalizan las conductas violencias y se inserta en las
mentes la idea de que en el amor vale todo y que si no aguantas, no estás
“luchando por tu amor”.
Asimismo, no solo debemos
educar en la igualdad, sino en la responsabilidad de hacer frente a la violencia
y al maltrato en contra de las mujeres por el hecho de ser mujeres. Es crucial
que enseñemos a que “decir NO” también es posible y, sobre todo, necesario.
De princesas a ingenieras
Debemos romper “el aislamiento
del rosa” y empoderar aquellos juguetes, objetos, ropas y herramientas que nos
sirvan para entrenar a nuestros niños en el valor de la igualdad y en un “no al
conformismo”.
Que lo que rodee a nuestros
niños sea aquello que les ayude a pensar y a tener criterio propio, que
promuevan la capacidad de potenciar habilidades y de acercar la tecnología como
algo divertido y atrayente.
Y si quieren ser princesas,
que lo sean, pero fuertes e independientes. Y si quieren ser ingenieras, que lo
elijan libremente y que sigan siendo fuertes e independientes.
Asimismo, a los chicos
debemos enseñarles que hay una `nueva´ forma de ser hombres. Porque mostrarse
masculino es ser cariñoso, cuidar a los demás, expresar sus emociones,
respetar, luchar por la igualdad de género, evitar los sacrificios y los
sufrimientos a los que se somete a la mujer, abandonar la violencia, cuidar del
hogar, etc.
Ojalá dentro de poco podamos
borrar del calendario que el 25 de Noviembre es el día en contra de la
Violencia de Género. Ojalá podamos deshacernos de él y olvidarnos de que existe,
porque entonces habrá llegado el momento en el que las mujeres no seremos
vulnerables y nadie se crea con el derecho a maltratarnos ni de hacer con
nuestra vida lo que se les antoje.
Recordemos que cuando
maltratan a una mujer, nos maltratan a todos.
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